martes, 20 de abril de 2010

EL CIGARRO Y EL ALCOHOL UNA HISTORIA DE VIDA

Una historia de tres partes que dudo llegar a la segunda pero empiezo esta:

Mi adicción al cigarro, y bebedor compulsivo, umm, nos remontamos hace unos 13 años. Ya de esto cuanto se ha pasado y quién diría que yo llegaría a cumplir 25 años.

Estando en la secundaria primer año, cambios drásticos de maestros, y amistades, dios que mal cambio para un joven el cual siempre en escuelas de paga con alumnos de otro nivel socio-económico, y entrar a una escuela de gobierno más cambios, empezó todo bien los primero meses, bien súper tranquilo ya odiado por dos maestros (situación común y corriente), pues dicen que soy arrogante no lo creo bueno un poco, seguí hice amistad con alumnos que vivían cerca de donde yo vivía, y un día nunca me había salido de clases y lo hice con miedo y todo ahí fue mi primer contacto la rebeldía que después muchos problemas me traería.

En esa salida una amiga estaba fumando y me lo ofreció yo muy tontamente me hice el valiente y el que si sabia fumar y lo agarre y fume, lo lógico me estaba ahogando y casi vomito, pero ese cigarrillo genero en mi mucha curiosidad, umm, después de esa vez, pasaron dos semanas volví a fumar, o dios que delicioso fue ese cigarro, y no me provocaba hambre al contrario me evitaba comer, genial según yo muy cool muy padre y en onda, con mis amigos.

En otra ocasión nos salimos de clases y nos fuimos a la playa y mi prima que estudiaba conmigo llevo una botella de licor de coco, y esa fue mi primer contacto con el alcohol, que licor mas delicioso bajaba por mi garganta muy dulce, creo que esa botella genero la forma en que tomo en estos momentos pero bueno me desvió del tema, ya fumando y tomando, dirán y mis padres, mi mama preocupada por las hermanitas menores, mi papa mandado de comisión a una escuela así que el nunca estaba al pendiente de mí y mi madre con los problemas de mis hermanos mayores yo era el menor de sus conflictos pues siempre había sido auto suficiente, siendo autodidacta no se preocupaban por mí, y seguí con la bebida y el cigarro.

Tan grande llego a ser mi dependencia al cigarro que en un día me fumaba una cajetilla de cigarros, tomaba mas seguido, después viviendo en Acapulco y como mis primos trabajaban en discos y bares teníamos acceso libre a todos los de la zona condesa a mis doce años. Eso trajo consecuencias muy graves pero de eso no como el tema todavía.

Por el momento es todo no os puedo decir cómo termina esta parte sin revelar las otras dos pero como lo dije al principio no se si podre continuar escribiéndolo 

sábado, 17 de abril de 2010

Lucifer. La Verdadera Historia del ángel caído







La simple mención de su nombre parece evocar el olor del azufre. Se le imagina como el ángel más bello de la creación y también como el causante del mayor drama cósmico jamás ocurrido. Cuenta la leyenda que, seducido por su propio orgullo, arrastró a una gran parte de los ángeles que adoraban a Dios, provocando una rebelión cuyas consecuencias. últimas son la existencia del dolor, la maldad y la muerte en el mundo. Lucifer es considerado desde entonces como el ideólogo del mal, el instigador del lado oscuro del hombre, el tentador primero. Pero su historia está llena de contradicciones, y una de ellas es la ausencia de una verdadera historia.

Porque, un acontecimiento de tal magnitud, de tamaña trascendencia para el ser humano, no podía pasar desapercibido para los autores de la Biblia. En sus páginas deberíamos encontrar un relato pormenorizado del suceso y de cuáles fueron sus causas.

Pero no es así. De hecho, el nombre de Lucifer ya no aparece en ninguna Biblia moderna, aunque sí estuvo presente en las antiguas. Fue borrado de la historia, pero no de la leyenda. En realidad, todo el mito moderno de Lucifer parte de un equívoco, de un simple error de traducción.

"Lucifer" es una palabra latina que significa "portador de la luz". Fue empleada por San Jerónimo en Ia elaboración de la Vulgata —la versión en latín de la Biblia— para traducir el término hebreo Helel (literalmente «resplandeciente») de un texto de lsaías. Fue una elección meditada, que buscaba conciliar los distintos sentidos que —según algunos— el texto hebreo parecía contener. Y es que, ya en aquella época, algunos "Padres de la Iglesia" habían creído encontrar en aquellas palabras ¡la descripción de la caída de Satanás!

Hasta aquel entonces Lucifer —también conocido como Heósforo— era tan sólo un dios menor de la mitología grecorromana, un hijo de la diosa Aurora que nada tenía que ver con las tradiciones judías o cristianas. Su condición de descendiente de los dioses influyó en la elección que realizó San Jerónimo.

Pero, ¿qué decía en realidad el texto de Isaías? El profeta recogía la siguiente sátira, compuesta por Yahvé evocando la derrota de su enemigo, el rey de Babilonia: «¿Cómo has caído del cielo, astro rutilante, hijo de la aurora, y has sido arrojado a la tierra, tú que vencías a las naciones? Tú dijiste en tu corazón: "El cielo escalaré, por encima de las estrellas de El elevaré mi trono y me sentaré en la montaña del encuentro, en los confines del Safón; escalaré las alturas de las nubes, me igualaré a Elyón (el Altísimo)". Por el contrario, al sol has sido precipitado, al hondón de la fosa» (Is. 14, 12-11).

La Vulgata empleó la palabra Lucifer en la traducción de la primera frase:

«¿Quomodo cecidisti de coelo, Lucifer qui mane oriebaris?...» Las sucesivas versiones a las lenguas vernáculas conservarían sin traducir esa palabra latina: «¿Cómo caíste del cielo, oh Lucifer, hijo de la Aurora?...» Desde entonces, Lucifer fue considerado un nombre propio. Había nacido la leyenda del ángel rebelde, el mito grecorromano resurgía, la leyenda .pagana se cristianizaba y el origen del mal en el mundo había sido, por fin, hallado. Se había creado un nuevo nombre y un nuevo personaje.

El mito sobreviviría luego al paso de las edades y muchas leyendas medievales se nutrirían de estas ancestrales raíces, creando relatos de gran belleza y simbolismo, pero Isaías -su autor primigenio- sabía muy poco de mitología clásica. Sus fuentes pertenecían a un ámbito cultural muy diferente y el fondo de sus palabras reflejaba un drama que nada tenía que ver con batallas cósmicas entre ángeles, pero sí de luchas entre dioses. O al menos entre hijos de los dioses...

lunes, 12 de abril de 2010

NO HACE FALTA - POEMA EL CUAL ME DEDICARON

 NO HACE FALTA QUE HABLEMOS A DIARIO
PARA DEMOSTRARTE CUANTO PROFUNDO 
ES MI CARIÑO HACIA TI...


NO HACE FALTA UNA LLAMADA 
PARA QUE SIENTAS MI VOZ QUE, DESDE LEJOS TE DICE:
"QUE PUEDES CONTAR CONMIGO"..


NO HACE FALTA SIQUIERA ESCRIBIRNOS
PARA QUE SEPAS QUE, EN CADA LETRA NO ESCRITA,
HAY UN MENSAJE MIO QUE TE DICE: "TE RECUERDO"


NO HACE FALTA DECIRTE CUANTO TE EXTRAÑO,
POR QUE A PESAR DE TODO..  NUESTRO AMOR,
NO PODRA SER DESTRUIDO
NI POR LA DISTANCIA, NI POR EL TIEMPO..


YA QUE EL, ES Y SERA 
LA EXPRESION MAS PERFECTA DE NUESTRO AMOR
UN AMOR LIMPIO, SANO Y VERDADERO
UNA MANO QUE SE EXTIENDE PARA CONSOLAR..
UNA LAGRIMA QUE BROTA DE SOLIDARIDAD..
UN TIERNO ABRAZO QUE ATRAVIESA LA INMENSIDAD..
"GRACIAS POR EXISTIR"


Y RECUERDA, QUE YO... ESTOY CONTIGO SIEMPRE..


A DOS AÑOS DE HABERTE PERDIDO 
SIEMPRE TE RECORDARE

sábado, 10 de abril de 2010

dependencia ¿si o no?

¿Por qué dependemos de los demás? ¿Por qué ocupamos que los demás dependan de nosotros? ¿De dónde aprendí esta manera de relacionarme?

La Dependencia Emocional se define como un trastorno de la personalidad enmarcado dentro de las dependencias afectivas. Sin embargo, para otros autores, se trata de un trastorno adictivo, en el que el objeto que provoca la adicción es la relación de pareja, y su objetivo es llenar un vacío en el sujeto que la padece. Este trastorno se relaciona con las emociones y la capacidad/ calidad para establecer vínculos significativos con otras personas. Al tratarse de un trastorno de la personalidad, tiende a tener un patrón crónico y estable a lo largo de la vida de la persona. Este trastorno presenta síntomas variados que dificultan su diagnóstico, desde la depresión reactiva, los trastornos obsesivos o los síndromes desadaptativos. En la dependencia emocional, el sujeto es controlado por su necesidad de la otra persona, y el intenso miedo a la pérdida y a la soledad contaminan el vínculo establecido en la pareja. La incidencia que presenta este trastorno en la población adulta ronda el 10%, según un estudio de la Fundación Instituto Espiral, y la gran mayoría de los afectados son mujeres (75%).
En sus relaciones amorosas, los dependientes emocionales manifiestan hacia su pareja un tipo de apego “ansioso”, caracterizado por una continua necesidad de saber que es amado por su pareja, dificultades para llevar una vida independiente, búsqueda incesante del candidato a pareja y selección precipitada del mismo, miedo a no ser querido, miedo a la pérdida del objeto de su amor y celos frecuentes, ideas contradictorias sobre el amor y dificultad para romper aún cuando la relación sea altamente problemática y generadora de malestar para el dependiente.
Cuando tratamos de mirar más allá de lo que resulta obvio o “normal” y analizamos nuestra conducta, podríamos entonces empezar a ver de cuantas personas hemos dependido ( familia, pareja, amistades, hijos, compañeros de trabajo- estudio- iglesia, vecinos…), de cuales situaciones dependemos, o podría ser de otro tipo de conducta compulsiva que se manifiesta en la ingesta de alimentos, drogas…
Uno de mis autores favoritos, el Sr. Jorge Bucay, Terapeuta Argentino y autor de exitosos libros con temas de autoayuda, menciona en su libro “El camino de la autodependencia” que la palabra “De- pendencia” hace referencia a: estar suspendido, incompleto, inconcluso, sin resolver. Por eso, las personas dependientes siempre escogen a alguien, necesitan tener gente a su lado, no pueden lidiar con los espacios, con la toma de responsabilidades, con la libertad.
La persona dependiente necesita tener a alguien a su lado para que le digan quién es, según Bucay, logran verse a sí mismos, solamente a través de los ojos del otro. Por eso están pendientes que los demás los refuercen, siempre preguntan si esta bien lo que hacen. Si los demás no señalan su trabajo no logran ver suficiencia.

En la dependencia, hay una entrega voluntaria a lo que el otro quiere, a ir a donde me quieran llevar. Cito las palabras del autor:

“La dependencia es para mi una instancia siempre oscura y enfermiza, una alternativa que, aunque quiera ser justificada con miles de argumentos, termina conduciendo irremediablemente a la imbecilidad”.

Al hacer referencia a la palabra “imbécil” señala que esta palabra fue heredada de los griegos, quienes la usaban para llamar a aquellos que vivían apoyándose en los demás, los que dependían de alguien para poder caminar.
Aquí se debe hacer la diferencia entre quien requiere por algún tipo de discapacidad depender de alguien para caminar y quien por su propia elección elige depender de otros, o de quienes teniendo hijos con capacidad para caminar por sí solos, les enseñan a buscar bastones en el camino para poder caminar.
En la vida nos encontramos con padres y madres que por sus temores deciden educar a sus hijos en el camino de la dependencia, justificando que es porqué les quieren cuidar o porque no desean que sufran. Lo más triste es que cuando estos padres no estén, sus hijos quedarán llevando en sus espaldas una discapacidad emocional, buscando en el camino bastones sustitutos a los cuales aferrarse.
Bucay cita tres tipos de dependientes:

·         Los dependientes intelectuales que son aquellos que no se creen con capacidad para resolver, que tienen que estar preguntando ¿Qué tengo que hacer? ¿A dónde tengo que ir? No solamente nos encontramos adultos así; también hay niños que recurren a la dependencia intelectual. Conocí un niño que en los recreos, buscaba por toda la escuela a una maestra para que le diera permiso de ir al baño. No lograba ir al baño hasta que alguien le reafirmara que podía hacerlo…. En este tipo de dependencia, la persona llega a creerse que no puede pensar, entonces necesita poner a los otros a pensar por él/ella …. ¿A ti que te parece? ¿Si estuvieras en mi lugar, que harías?…. ¡Qué fácil!
·         Por otro lado, están los dependientes afectivos, que según Bucay, son aquellos que dependen todo el tiempo que alguien les diga que los quiere, que los ama, que son lindos, que son buenos. Si en algún momento alguna persona responde con una negativa, terminan personalizando la situación y diciéndole al otro que sabe que le dice que no, porque dejó de quererle. Es quien en la relación de pareja se echa a llorar o cae en el reclamo afectivo porque no se dio las gracias por la cena o quien termina haciendo una crisis porque después de una discusión asegura que ya no le quieren. Recuerdo a una amiga que me llamó un día muy afligida, lloraba y lloraba repitiéndome que su esposo ya no la quería. Por mi mente pasó un huracán de ideas: ¿será que esta con otra persona?, ¿será que tienen diferencias irreconciliables? , aseguraba para mis adentros, ¡Claro, algo dentro de mi me decía que él no era de fiar! …. Cuando logré conectarme con la realidad y le pregunté el porque se su afirmación, ella me respondió: porque hoy hace ocho años nos me pidió que me casará con él y lo olvidó por completo, salió de la casa y no me dijo naaaaaadaaaaa…… ¡Por Dios!
·         Por último, están los dependientes morales a los cuáles cataloga como los más peligrosos, pues necesitan permanentemente la aprobación del afuera para tomar sus decisiones. Necesita de otro para que le diga si lo que hace esta bien o mal, alguien que todo el tiempo está pendiente de si lo quiere de si lo que quiere hacer corresponde o no corresponde, si es o no lo que el otro o la mayoría harían.

Los sentimientos, pensamientos y actitudes propias de una personalidad dependiente, histriónica, evitativa o limite, parten de una creencia muy arraigada de su POCA VALÍA PERSONAL debido a un proceso de invalidación sufrido anteriormente y que impide una regulación emocional propia, es decir, “como creo que yo no valgo lo suficiente NECESITO a una persona a mi lado, entonces me valoraré ya que supuestamente esta persona está a mi lado porque yo soy valiosa”.
De todo esto la persona afectada por la dependencia no es consciente y por ello le es imposible cambiar de actitud. Bajo esta creencia de poca valía personal ha aprendido a buscar en otra persona una fuente de seguridad, esta persona es la que le regula emocionalmente, es decir, le hace sentirse bien aunque sea a corto plazo.
La sensación que pueden tener estas personalidades es la de no poder cuidarse a sí mismo estando en soledad. Y no me refiero únicamente a alguien que manifiesta que estando solo no va a ser capaz de manejar el coche, sino que solo en la vida no va a poder salir emocionalmente adelante. Es decir, que no va a poder cuidar de sí mismo.
¿O tu qué opinas?

miércoles, 7 de abril de 2010

TRISTESAS DEL CORAZON - DE MI AMIGA ALEXIA

¿Quién no ha sentido en algún momento de su vida tristeza, amargura o resentimiento?






Nadie escapa a estos sentimientos y el sentirlos de vez en cuando es normal, es parte de nuestra naturaleza humana. Llorar es bastante sano cuando se trata de un acontecimiento eventual, el llanto es parte de la liberación.

Pero ¿Qué pasa cuando estas emociones quedan alojadas en nuestro corazón de manera permanente?, cuando el dolor, la amargura y la tristeza representan nuestra propia personalidad.

Hoy en día los males provenientes del corazón son muy comunes, los rompimientos familiares, la frustración, la represión, el fracaso y lo que llamaríamos "el cansancio de vida" se apodera de nosotros cuando vemos que a pesar de nuestro esfuerzo, las cosas "nunca funcionan", "todo nos sale mal" porque "la vida ha sido muy injusta con nosotros".

Es entonces cuando el resentimiento, la autocompasión y la tristeza pueden quedar instalados en nuestro corazón de manera permanente.

Esta actitud hace que todo en la vida lo veamos a través de un "cristal empañado", es decir, nuestra perspectiva de vida se torna gris, ya no vemos la belleza de la vida, los buenos momentos se vuelven indiferentes ante nosotros, dejamos ir oportunidades y empezamos a crear una realidad falsa al creer que "nadie nos quiere" o "todos quieren hacerme daño", nuestra visión actúa y distorsiona todo desde nuestro cristal empañado.

El guardar por mucho tiempo esta actitud o este sentimiento, además de prolongar nuestro sufrimiento, nos trae como consecuencia enfermedades derivadas de "un corazón triste":

Enfermedades respiratorias (gripas, asma, tos, sinusitis, etc).
Enfermedades del corazón (Angina de pecho, infarto, etc.)
Enfermedades del sistema circulatorio (mala circulación, várices, colesterol, etc.)

Ningún medicamento, dieta o ejercicio pueden evitar o curar dichas enfermedades si no nos conectamos con la alegría de vivir, con el amor a la vida. La alegría es la única medicina para un corazón que revive constantemente en su presente las heridas del pasado.

Sin la alegría, nuestra vida se frena, nuestros pasos se alentan ya no queremos saber nada, estamos deprimidos y con un constante dolor de piernas, nos pesan tanto como para poder dar un paso más.

Sufrimos también a causa de nuestra soledad por tener nuestro corazón cerrado al amor, no sabemos darlo, mucho menos recibirlo, al mismo tiempo nos duelen los hombros y la espalda.

Seguimos sufriendo, porque las pastillas no son suficientes para un corazón que frena el amor, que lo tiene por esencia, pero no lo deja salir.. se ahoga, se asfixia…
hasta morir.